Aunque los aspectos puramente filosóficos del trabajo de L. Ronald Hubbard son suficientes en sí como para mejorar esta civilización, únicamente la auditación proporciona un camino preciso por el que cualquier individuo puede avanzar por la senda exacta hacia estados superiores de conciencia espiritual.
La meta de la auditación es devolverle al individuo su propia identidad y habilidad. Esto se consigue de dos formas: 1) ayudando al individuo a liberarse de cualquier incapacidad espiritual y 2) aumentando sus habilidades. Por supuesto, ambos aspectos son necesarios para que la persona pueda alcanzar todo su potencial espiritual.
Por tanto, la auditación borra las cosas que han sido añadidas a la mente reactiva debido a las experiencias dolorosas de la vida, y aborda y mejora la habilidad que cada uno tiene para confrontar y ocuparse de los factores influyen en su vida.
Mediante la auditación, una persona es capaz de mirar su existencia y mejorar la capacidad que tiene de confrontar lo que ella es y dónde está. Hay grandes diferencias entre la tecnología de la auditación, una práctica religiosa, y otras prácticas. La auditación no usa hipnosis, técnicas de trance o drogas. La persona a quien se está auditando es completamente consciente de todo lo que sucede durante el proceso. La auditación es precisa, está totalmente codificada y tiene procedimientos exactos.