El programa Criminon opera en más de 2 100 instituciones penales a lo largo de 38 países Personal formado en su mayor parte por voluntarios, Criminon también entrena a personal de las instituciones correccionales para la entrega de programas de rehabilitación en el lugar. Los servicios de Criminon se extienden más allá a los departamentos de policía, centros de menores y programas de prevención del delito: la ecuación completa para un mundo sin crimen.
Los agentes de policía en Mexicali, México, se entrenan en la parte fundamental del programa, titulada El Camino a la Felicidad, una guía moral basada en el sentido común.
En las cárceles de Indonesia donde se impartió el programa Criminon, la reincidencia se redujo a menos del 2%.
L. Ronald Hubbard descubrió que la clave de la rehabilitación es restablecer la autoestima del individuo. Para ayudar a los reclusos a hacer precisamente eso, los estudiantes de Criminon estudian y aplican los preceptos de El Camino a la Felicidad.
En Taiwán, como ocurre en todo el mundo, los delitos relacionados con drogas aumentan las poblaciones de reclusos. Por esa razón, el programa Criminon incluye un componente de educación sobre las drogas para ayudar a los reclusos a entender y superar la adicción.
Criminon entrega sus programas en más de 50 instalaciones de Sudáfrica, desde centros de menores a cárceles de máxima seguridad.